Quizá el perro también quería renunciar. Se incorporó, olfateó un rato y se volvió a echar en la alfombra. Esa fue su señal.
Pronto, rompieron a toser y cayeron muertos.
Se echó a dormir. Al día siguiente el perro, con ladridos, le parecía indicar que lo siga.
Publicar un comentario
3 comentarios:
Quizá el perro también quería renunciar. Se incorporó, olfateó un rato y se volvió a echar en la alfombra. Esa fue su señal.
Pronto, rompieron a toser y cayeron muertos.
Se echó a dormir. Al día siguiente el perro, con ladridos, le parecía indicar que lo siga.
Publicar un comentario